En mi ultimo sábado a la noche en Cachirulo Obelisco, Buenos Aires este Septiembre pasado, Héctor (el famoso y llamativo organizador) vino a mí y me invitó a hacer un baile de despedida en Cachirulo El Beso el martes siguiente y me preguntó si tenía en mente alguien con quien bailar.

La invitación fue aceptada fervientemente y por supuesto que tenía alguien en mente para bailar

¿Quién otro que Claudio Strang este año?

Él aceptó… la única cosa que faltaba decidir era cuál tango bailar. Bueno, esta pregunta es bastante difícil para los que amamos bailar tango. ¿ Cuál? ¿De tempo lento… o rápido? ¿ melódico o rítmico? ¿Qué orquesta? ¿Vocal o instrumental? Y no nos olvidemos que los dos compañeros deben estar de acuerdo con la misma selección.

Por suerte, ya habíamos planeado juntarnos igualmente para filmar algunos videos así que pensamos que algún tango nos vendría a la mente y sería relativamente fácil llegar a un acuerdo. Durante nuestra filmación, decidimos que nos gustaría bailar Pocas Palabras de Tanturi/Castillo.

Habiendo llegado a El Beso más tarde de lo usual para mi, después de bailar una tanda, Héctor vino y me dijo que después de la próxima tanda, era nuestro turno para hacer la demostración. El quería que bailáramos más temprano de lo normal porque probablemente habría mucha gente que querría irse temprano ya que había un partido de fútbol importante ese día.

¡Perfecto!

Claudio y yo somos presentados, le informan a la gente que es mi despedida y la música comienza a sonar.  Claudio y yo nos miramos sorprendidos mientras las primeras notas empiezan a sonar… nos reímos, nos abrazamos y empezamos nuestra diversión.

No quedo otra mas que improvisar.

Aunque tengas la mejor planificación del mundo, cualquier cosa puede pasar en Buenos Aires. Cuando las primeras notas empezaron a sonar, nos dimos cuenta que alguien confundió la canción que íbamos a bailar… en vez de bailar Pocas Palabras de Tanturi… escuchamos Siete Palabras de Di Sarli, ¡que ni siquiera nunca habíamos bailado juntos antes!

La pasamos muy bien y, habiendo bailado en Cachirulo El Beso por muchos años, se sintió genial tener la oportunidad de bailar en frente de muchos amigos y bailarines maravillosos que van allí regularmente.

De nuevo, gracias Héctor y Norma de Cachirulo.