Mientras la introducción musical comienza a sonar, dentro del abrazo de ensueño con mi compañero, cierro los ojos y mi mente viaja a un lugar donde la música y el movimiento reina.
Hago un paso, giro, pivoteo, me doy vuelta y entro en un estado de trance.
Respiramos juntos y dejamos que nuestros cuerpos se hagan uno con la música y absorban las líneas vocales e instrumentales.
Juntos, nos unimos como colaboradores en este reino y bailamos nuestro amado Tango.