El sábado a la noche Cachirulo en el Obelisco estaba repleto.
Grandes bailarines de tango social estaban presentes y parecían estar ansiosos para entrar a la pista de baile mientras Carlos Rey tocaba su hermosa selección musical. Pero, esperen… los locales se veían un poco frustrados por la falta de circulación y espacio en la pista. Claramente, algunos no estaban usando mirada/cabeceo. Algunos habitué estaban pensándolo dos veces antes de salir a la pista resbaladiza con algunos participantes entusiastas que parecían no saber el ABC de la pista de tango social de Buenos Aires.
En 2005, bailando tango en Salón Canning, uno de los viejos milongueros me dijo que era un “honor” para el milonguero “nunca” tocar a nadie en la pista. Una vez que aprendí esto, fue fantástico ponerlo en práctica en la pista. Estábamos en un piso cuadrado de madera brillante mezclados entre todo tipo de bailarines y … saben qué?… nunca tocamos a nadie y pudimos circular con el grupo en la ronda.
Magnifico y seguro!
Moverse como un grupo, sentir frases de la música y respirar juntos como una comunidad…. es increíble!
El sábado fue genial, a pesar del miedo de la gente a chocarse y que la pista estaba un poco resbalosa. Los festejos terminaron con una invitación de Hector y Norma de Los Cachirulos Tango para bailar por mi cumpleaños
El magnífico Claudio Strang aceptó bailar conmigo.
Gracias a todos los que estuvieron presentes en la demostración y nos honraron con su presencia.